Pánico A Una Muerte Ridícula
Electrocutarse al cambiar una bombilla.
Suicidarse sin mirar la Primitiva.
Ahogarse en la piscina de un barco.
Desnucarse en la bañera fornicando.
Castigo divino a la zoofilia.
Pasión que aplasta una roca asesina.
Todos se ríen porque adivinan
qué hacía el difunto con una gallina.
Onanismo casero desbocado
en la cocina del lord diputado.
Bolsa de plástico en la cabeza
y en el muslo las ligas de la asistenta.
Carne festiva en la casa de fieras.
Nubes negras que anuncian tormenta.
Miras al cielo muy estirado
y te cae en a tí el único rayo.
Pánico.
Pánico a una muerte ridícula.
La novia morada se convulsiona
en el día del banquete de su boda.
En su garganta un gran langostino.
La asfixia produce sonoros gemidos.
Cornisas que sepultan a toda una familia
cuando entran a ver una película de risa.
Peatones inocentes que son el objetivo
de desesperados que se lanzan al vacío.
Divertidas fiestas de moros y cristianos.
Lanzas, espadas y lluvia de petardos.
La pólvora no siempre explota donde debe.
Disfrazados de paje hay muchos que mueren.
Electrocutarse al cambiar una bombilla.
Suicidarse sin mirar la Primitiva.
Ahogarse en la piscina de un barco.
Desnucarse en la bañera fornicando.
Pánico.
Pánico a una muerte ridícula.
Palmarla a lo tonto es degradante:
se ríe hasta el Juez que levanta el cadáver.
Muecas y bromas en el velatorio
y luego un entierro bochornoso.
Nacer, crecer y reproducirse
para luego al morir ser motivo de chiste.
Si ves la sombra de la guadaña
arréglate un poco y pon buena cara.
Electrocutarse al cambiar una bombilla.
Suicidarse sin mirar la Primitiva.
Ahogarse en la piscina de un barco.
Desnucarse en la bañera fornicando.
Pánico.
Pánico a una muerte ridícula.
Pânico A Uma Morte Ridícula
Tomar choque ao trocar uma lâmpada.
Se matar sem olhar a loteria.
Se afogar na piscina de um barco.
Se machucar na banheira transando.
Castigo divino pra zoofilia.
Paixão que esmaga uma pedra assassina.
Todo mundo ri porque adivinha
o que o falecido fazia com uma galinha.
Masturbação caseira desenfreada
na cozinha do nobre deputado.
Saco plástico na cabeça
e nas coxas as ligas da empregada.
Carne festiva na casa das feras.
Nuvens escuras que anunciam tempestade.
Você olha pro céu bem esticado
e cai em você o único raio.
Pânico.
Pânico a uma morte ridícula.
A noiva roxa se contorce
no dia do banquete do seu casamento.
Na garganta um grande camarão.
A asfixia produz gemidos sonoros.
Beirais que sepultam uma família inteira
quando entram pra ver uma comédia.
Pedestres inocentes que são o alvo
de desesperados que se jogam no vazio.
Festas divertidas de mouros e cristãos.
Lanças, espadas e chuva de fogos.
A pólvora nem sempre explode onde deve.
Disfarçados de pajens, muitos morrem.
Tomar choque ao trocar uma lâmpada.
Se matar sem olhar a loteria.
Se afogar na piscina de um barco.
Se machucar na banheira transando.
Pânico.
Pânico a uma morte ridícula.
Morrer à toa é degradante:
ri até o juiz que levanta o cadáver.
Caretas e piadas no velório
e depois um enterro vergonhoso.
Nascer, crescer e reproduzir-se
pra depois, ao morrer, ser motivo de piada.
Se você vê a sombra da foice
se arrume um pouco e ponha uma boa cara.
Tomar choque ao trocar uma lâmpada.
Se matar sem olhar a loteria.
Se afogar na piscina de um barco.
Se machucar na banheira transando.
Pânico.
Pânico a uma morte ridícula.