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Córdoba

Juan Andrés Caruso

Córdoba

Pobre enfermita, candorosa y suave
de talle muy frágil y porte gentil.
Grandes ojeras rodeaban sus ojos,
cubría su rostro sombrío matiz
y triste mueca de dolor amargo
sus labios formaban para sonreír.

Iba a la iglesia a rezar
con tan sentida pasión,
que una extraña sensación
sentí al verla pasar,
y la amé en su dolor.
Inclinado ante el altar,
con ardiente frenesí
a la virgen la pedí
no la fuera a llevar
mas la virgen no escuchó.

Nunca jamás olvidaré
que ella fue mi único amor,
porque la quise con toda mi alma.
Y desde que se miraron
nuestros ojos se dijeron
lo que los labios callaron
y nuestras almas se unieron.
Pobre enfermita, candorosa y suave
que pronto me abandonó.

Pobre enfermita que se fue a las sierras,
buscando un poquito de aire y de sol.
Que amargo fue para ella el destino
que pocos momentos de amor disfrutó.
Pobre enfermita, fue en busca de vida,
y en vez de la vida la muerte encontró.

Córdoba

Pobre doente, ingênua e suave
com corpo tão frágil e porte gentil.
Grandes olheiras cercavam seus olhos,
cobrindo seu rosto de um tom sombrio
com uma triste expressão de dor amarga
que seus lábios formavam para sorrir.

Ia à igreja pra rezar
com tanta devoção,
que uma estranha sensação
senti ao vê-la passar,
e a amei em sua dor.
Inclinado diante do altar,
com ardente frenesi
à virgem pedi
que não a levasse embora
mas a virgem não escutou.

Nunca vou esquecer
que ela foi meu único amor,
porque a amei com toda a minha alma.
E desde que nossos olhares se cruzaram
nossos olhos disseram
o que os lábios calaram
e nossas almas se uniram.
Pobre doente, ingênua e suave
que logo me abandonou.

Pobre doente que foi para as serras,
buscando um pouco de ar e de sol.
Que amargo foi para ela o destino
que poucos momentos de amor desfrutou.
Pobre doente, foi em busca de vida,
e em vez de vida, a morte encontrou.

Composição: