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Unidos na Morte

Ramón Argüello

Unidos En La Muerte

Unidos en la muerte, y juntas sus guitarras
Cayeron los muchachos siguiendo a su zorzal.
Parece que el destino, ingrato, le envidiara
Los triunfos de su vida, que nadie igualará.
Unidos en la muerte, cayeron los centauros
De nuestro cancionero, glorioso y popular.
Llevando por el mundo, el tango a flor de labio
El cual entró en europa, por nuestro mariscal.

El cóndor colombiano, celoso lo acechaba
Agazapado y frío, allá en medellín.
Pa' darle la revancha, al rey de nuestra pampa
Al zorzalito criollo, que es donde halló su fin.
El cóndor en las alturas, no permitió que nadie
Cruzara con su canto, el espacio triunfal.
Y así, que lo esperaba traidor y sanguinario
Pa' desatar sus iras, cual recia tempestad.

Lejos de buenos aires, pagaron con sus vidas
Los bravos mosqueteros, de nuestra tierra ideal.
Con esa infausta suerte, que nunca merecieron
Los criollos que murieron, por la fatalidad.
Hoy quedan en los montes, los pájaros muy tristes
Calandrias y jilgueros, no quieren más cantar
Están todos de duelo, de luto las guitarras
Sus cuerdas destempladas, también llorando están.

Unidos na Morte

Unidos na morte, e juntas suas guitarras
Cairam os rapazes seguindo seu zorzal.
Parece que o destino, ingrato, os invejava
Os triunfos de sua vida, que ninguém igualará.
Unidos na morte, caíram os centauros
Do nosso cancioneiro, glorioso e popular.
Levando pelo mundo, o tango na ponta da língua
O qual entrou na Europa, por nosso mariscal.

O condor colombiano, ciumento, os espreitava
Agachado e frio, lá em Medellín.
Pra dar a revanche, ao rei da nossa pampa
Ao zorzalito criollo, que é onde encontrou seu fim.
O condor nas alturas, não deixou que ninguém
Cruzasse com seu canto, o espaço triunfal.
E assim, que o esperava, traidor e sanguinário
Pra soltar suas iras, como uma tempestad forte.

Longe de Buenos Aires, pagaram com suas vidas
Os bravos mosqueteiros, da nossa terra ideal.
Com essa sorte infeliz, que nunca mereceram
Os crioulos que morreram, pela fatalidade.
Hoje ficam nos montes, os pássaros muito tristes
Calandrias e jilgueros, não querem mais cantar.
Estão todos de luto, de luto as guitarras
Suas cordas desafinadas, também estão chorando.

Composição: Ramón Argüello