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Primeira Corrida

Victor Manuel

Primera Carrera

El territorio del cóndor es duro, árido, seco,
Casi estéril, sin hierbas, entre piedras, bajo el sol ;
Entre espinas y arenales.
Y el cóndor tuvo que aprender a sobrevivir .
Arrancó piedras, aguzó la vista, supo diferenciar
Los vientos y escuchar las aguas.
Vio alimentarse al puma y matar al chacal.
Quiso engendrar y lo hizo,
Quiso alzarse y pudo hacerlo.
Pero los buitres y las águilas, viejos y grandes,
Tuvieron miedo de él.
Vieron que era joven y fuerte y le envidiaron.
Y aprovecharon que estaba solo.
Cayeron todos sobre él y no lo mataron, no .
Le cortaron las alas, le sacaron los ojos y bebieron
Su sangre para tener su fuerza, su olfato, su vista.
Pero el cóndor gritó, y su grito no se detuvo,
Se prolongó por los aires y por la tierra.
Lo pasaron los vientos, lo pasaron las nubes
Y las noches y los días.
Su grito le hacia estar vivo; y su sangre al caer
Fue formando nuevos gritos en las plantas,
En las piedras, en los espinos, en cada grano de arena,
En cada gota de agua. y miles de gritos se aunaron
En el tiempo. cada flor era un grito,
Cada piedra el grito, cada rama el grito,
Cada movimiento el grito.
Y fue tanta su fuerza y tanto su poder,
Que los buitres y las águilas huyeron,
Con sus oídos sangrantes,
Destrozándose en su locura los unos a los otros
Sin descanso, sin reposo.

Primeira Corrida

O território do condor é duro, árido, seco,
Quase estéril, sem ervas, entre pedras, sob o sol;
Entre espinhos e areias.
E o condor teve que aprender a sobreviver.
Arrancou pedras, aguçou a visão, soube diferenciar
Os ventos e escutar as águas.
Viu o puma se alimentar e matar o chacal.
Quis gerar e conseguiu,
Quis se erguer e pôde fazer isso.
Mas os urubus e as águias, velhos e grandes,
Tiveram medo dele.
Viram que ele era jovem e forte e o invejaram.
E aproveitaram que ele estava sozinho.
Cairam todos sobre ele e não o mataram, não.
Cortaram suas asas, arrancaram seus olhos e beberam
Seu sangue para ter sua força, seu olfato, sua visão.
Mas o condor gritou, e seu grito não parou,
Se prolongou pelos ares e pela terra.
Os ventos o passaram, as nuvens o passaram
E as noites e os dias.
Seu grito o fazia estar vivo; e seu sangue ao cair
Foi formando novos gritos nas plantas,
Nas pedras, nos espinhos, em cada grão de areia,
Em cada gota de água. e milhares de gritos se uniram
No tempo. cada flor era um grito,
Cada pedra o grito, cada ramo o grito,
Cada movimento o grito.
E foi tanta sua força e tanto seu poder,
Que os urubus e as águias fugiram,
Com seus ouvidos sangrando,
Destruindo-se em sua loucura uns aos outros
Sem descanso, sem repouso.

Composição: